Presentación del Libro Vida No te mueras
Instituto de
Comunicaciones y Filosofía (COMFIL)
Colegio de Imagen Pública
La
vida es un ciclo. Ésa es una realidad que es constatada por todas las culturas
que ha habido y que hay en la actualidad. La noche sigue al día y nuevamente
regresa la luz a dominar el escenario, la primavera sigue al invierno cada año
y mientras que, en algunos lugares, se llora la irremediable partida de un ser
querido al mundo del más allá, en otros se festeja el llanto de un nuevo ser
que ha llegado a la vida. Lo mismo sucede entre las amistades. Algunas veces,
la estafeta se pasa de mano en mano, una y otra vez, entre los amigos. Quien en
alguna ocasión es consolado, en otras consolará. Quien es sostenido ahora,
mañana sostendrá. Lo que hoy se recibe, mañana se tendrá que dar. Eso es, sin
duda, lo que el libro sagrado del Tao te
Chin enseña. Y eso se hace presente este día en este evento.
Este
campus universitario es mudo testigo
de los andares, los trabajos, las alegrías y las angustias que han estado
presente desde hace veinte años en la vida, tanto personal, familiar, académica
y profesional del Dr. Ramiro Gómez Arzapalo Dorantes, quien hoy presenta a la
comunidad el libroVida no te mueras. La muerte en México a través de la artesanía
festiva. Es decir, lo que él ha recibido de formación en estos espacios y
en aquellos en los que ha seguido sus estudios e investigaciones, ha germinado,
a modo de una semilla, en lo oculto de la obscuridad de la tierra fecunda de la
reflexión y del estudio personal. Y como tal, rinde hoy su fruto.
No
es algo raro en él. Éste no es el primero de sus libros, ni de sus
publicaciones, sino que representa la más nueva de sus aportaciones al campo
del conocimiento de las humanidades. Entre artículos, conferencias, cursos y
libros, Vida no te mueras. La muerte en Mëxico a través de la artesanía
festiva, me parece a mí que es una obra de aquel que se sabe conocedor de
algo y ve, con la experiencia que la madurez académica otorga, que no es
necesario atiborrar al lector con una serie de datos que manifiesten su erudición
sobre el tema, sino que puede expresar las ideas en pocas palabras
sustanciosas.
He
querido utilizar este adjetivo “sustancioso” para referirme a esta obra, porque
es común en la gastronomía y en el mundo editorial. En el rubro de la
gastronomía, se sabe que los grandes manjares no se comen en demasía, porque
suelen indigestar. Los condimentos equilibrados pueden multiplicarse, pero en
ese caso, las porciones que se sirven al comensal deben ser mesuradas, pequeñas,
de modo tal que las papilas gustativas no se saturen. A mi parecer, estas
características deben estar presentes en un buen libro. Y de hecho lo están en
el que se presenta el día de hoy.
Para
mucho de ustedes es conocida mi inclinación personal hacia las teorías
medievales. Por ello, aunque el texto verse sobre antropología cultural,
específicamente mexicana, no puedo dejar de hacer referencia, como marco
conceptual para entender lo que hay alrededor del libro que se presenta hoy, al
filósofo de Aquino, quien delimita con precisión el concepto de sabiduría, y de
quien me he inspirado para equiparar la obra del Gómez Arzapalo a un manjar
sustancioso que se come en pequeñas porciones.
Pues
bien, dice Tomás de Aquino que la sabiduría, entre otras cosas, consiste en
“obtener, respecto de lo que se conoce, la mayor certeza posible”.[1]
Quienes hemos tenido la suerte de leer ya esta obra, nos damos cuenta que en
ella, Gómez Arzapalo, ha conseguido la certeza de cómo se estructura el
fenómeno de la muerte en la cosmovisión mexicana.
Pero
el aquinate, continúa diciendo que el sabio es illumdicimusmagissapientem in omniscisentia,
quipotestassignarecausascuiuslibetquaesisti, et per hoc docere[2].
Es decir, ser capaz de hallar las causas de toda cuestión, que le atañe, y en consecuencia ser capaz de enseñarla. Vida no te mueras puede ser consultada
tanto por aquellos que son expertos en los temas que trata, como por aquellos
neófitos que queremos saber más. Y es que la grandeza de un autor radica, no
tanto en la originalidad y aciertos de sus teorías, sino en que éstas puedan
ser comprendidas para su discusión, por el mayor número de personas. Invito al
auditorio a que no tenga miedo de enfrentarse a un texto ininteligible para los
diletantes de la materia. Lejos de ser eso este libro. Al contrario, con la experiencia
que le dotan sus años de docentes, Ramiro Gómez Arzapalo logra conducir al
lector por un mundo que, no por estar cercano a nosotros, por ser parte de la
cosmovisión mexicana, nos es, por ello, suficientemente conocido.
Finalmente,
para dejar de lado ya a Tomás de Aquino, puedo hacer referencia a la etimología
de la palabra que maneja en sus obras. “Sabiduría” deriva de sapere, es decir, de saber. Pero
cuidado, saber en sentido de aquello que se capta por el gusto. De ahí que la
sabiduría sea capaz de provocar que quien se acerca a ella rumie, regurgite,
sabores de lo que se ha aprendido. Más allá de las intenciones académicas que
Ramiro haya tenido al realizar este libro, el mismo es un instrumento de
meditación ante la inminencia de nuestra propia muerte. Uno mismo, al leerlo,
se enfrenta a frases que cribadas de la madeja conceptual, histórica,
antropológica, filosófica, hagiográfica, de la que trata el volumen, pueden
convertirse en bocados que se saborean a lo largo del día o de varios días.
Al menos
a mí me pasó eso. A modo de ejemplo, quiero citar textualmente tres fragmentos
que se encuentran en el texto, acuñados magistralmente por Ramiro y que han
llamado poderosamente mi atención:
1.-
“si es que tenemos alguna esencia, ésta no se yergue como fortaleza
impenetrable, sino como vulnerabilidad, fragilidad, fugacidad”. Portentosa
llamada de atención a la soberbia humana en que vivimos y que nos hace pensar
que nuestra propia existencia no tendrá jamás fin. En estas palabras, Gómez
Arzapalo logra captar la atención del lector que ve vulnerada su zona de
confort e invitado a reflexionar sobre lo inevitable, su propia muerte.
2.-
“Si con lo que sé no puedo vivir, creeré para poder asirme a la existencia”. La
prosa, en el texto que se presenta, en ocasiones llega a convertirse en poesía,
como queriéndose hermanar con las citas delos poemas de Machado, Nervo, Netzahualcóyotl que el autor
comenta y con la que el mismo Ramiro Gómez Arzapalo Dorantes convierte su
ordenador personal en tintero, papel y pluma de ave, elementos clásicos del
poeta, para escribir la profundidad filosófica de la meditación sobre la muerte
en la exquisita musicalidad de un poema de contenido filosófico que recuerda la
intención de Juana de Asbaje en el Primero Sueño, pero a diferencia de la
rima culteranista de Sor Juana, la prosa docente del autor, es asequible a la
mayoría de los lectores que se acerquen a ella y permite que se paladee la
profundidad de los contenidos expresados allí y que reflejan la riqueza de
vivencias que ha experimentado el mismo autor y que comparte con sus lectores.
3.
Pero no se vaya a pensar que este esfuerzo por explicar con sencillez un
problema tan profundo de la existencia humana, da como resultado la banalidad
del conocimiento comunicado en Vida no te
mueras. La muerte en Mëxico a través
de la artesanía festiva. Muestra de ello la siguiente cita:
“nuestrarealidad [es] finita y quebradizaEsta condición finita, no implica un
dejo de inutilidad de laexistencia, sino que se valora lo que pueda lograrse en
el lapsovital, ante la consciencia de un fin, después del cual, el ámbito
deposibilidades cambiará y ya no será plausible la consecución de unproyecto”. Dice mi tío “ a ver, échate ese trompo a la
uña”.
Por
otro lado, conocedor del momento que vivimos y que Giovanni Sartori ha
denominado como la época del Homo Videns,
el texto se ubica en las coordenadas que lo vieron nacer: El siglo XXI. La era
de la digitalización. Aprovechándose de ello, Ramiro presenta una excelsa
colección de imágenes que sintetizan cada una de ellas, las afirmaciones
teóricas que son presentadas al principio del libro. Y el mismo libro sale a la
luz en formato digital. Ramiro es pues conocedor del mundo en que se mueve. Su
amor a la filosofía y a la antropología no le han extraído de contexto cultural
al que pertenece. Y esto es una nueva riqueza de su obra. Un hombre de hoy les
habla a hombres de hoy sobre un tema de siempre.
Finalmente.
Una explicación. Al principio de mi intervención hablaba de ciclos… Hay un
ciclo más que no puedo dejar de hacer patente, porque habla de humildad
característica que debe estar presente en todo aquél que pretende, como decía
Tomás de Aquino, alcanzar la sabiduría y que, al mismo tiempo, habla de la
magnanimidad del autor. EL ciclo se cierra nuevamente…
Porque
si algo sé del tema, se lo debo precisamente a Ramiro quien después de haber
sido estudiante de primeros semestres en esta casa de estudios en los tiempos
en que yo fui presidente de la Sociedad de Alumnos de Filosofía, pasó a ser mi
compañero de trabajo y después mi maestro en el posgrado y, finalmente, presidente del sínodo que me otorgó el grado,
pero sobre todo, mi amigo entrañable. Y no importando la diletancia de un
servidor, tuvo a bien invitarme a presentar su texto, como si yo fuera un experto
en el tema.
Un
texto, pues, que se convierte en ejemplo vivo de cómo se pueda aunar, en un
solo producto, la profundidad académica, el rigor metodológico de la
investigación, la experiencia personal largamente atesorada, la afición al arte
en general como son la fotografía, la poesía, la literatura y las tablas que
dotan la brega diaria en el aula, donde estos conocimiento se van afinando.
Creo que esas son las cinco laves del éxito que le auguro a este libro.